Las fuertes acusaciones entre Apple y Samsung han llegado a
mayores, ya que el asunto de la supuesta copia de los teléfonos de la compañía
surcoreana con respecto a la empresa de la manzana llegará a la corte federal
de los Estados Unidos.
La primera le reclama a Samsung haber copiado la tecnología
del iPhone y el iPad, razón por la que pide un resarcimiento económico de US$
2.500 millones. Pero la compañía creadora del Galaxy rechaza la denuncia,
alegando que quieren quitarle mercado. La empresa también sostiene que Apple
violó dos patentes de tecnología móvil y tres de servicios, por lo que reclama
un 2,4% de las regalías por cada aparato vendido. La empresa presentará
documentos que fundamentan que, en 2006, desarrollaba su generación de móviles
con “un cuerpo simple” y con una pantalla “con un solo botón en la faz
anterior”.
Si no se produce un arreglo entre las partes ante Lucy Koh,
jueza del Distrito Federal en San José, en California, el juicio por jurado
comenzará la semana próxima.
En esta disputa por patentes, un tercer coloso tecnológico
entra en escena. Si se prueba que el hardware de Samsung infringe patentes de
la empresa liderada por Tim Cook, Google podría verse afectada por su sistema
operativo Android. Apple la acusa de copiar
funciones de sus dispositivos. En una biografía autorizada, Steve Jobs
califica al Android como un “producto robado”.
En cambio, la derrota de Apple beneficiaría a Google y
expandiría el uso de Android, el principal sistema operativo de los
smartphones, según un artículo publicado por The Wall Street Journal.
Este caso establecerá un precedente: más allá de las
patentes de diseño y tecnología, lo que está en juego es la hegemonía del
mercado de teléfonos móviles, con un valor de US$ 312.000 millones, según Bloomberg
Industries. Casi el 50% corresponde a los aparatos vendidos por estas dos
empresas.
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